El error de una empresa funeraria generó una profunda impotencia a las familias que habían organizado alternadamente las ceremonias fúnebres de dos jóvenes fallecidas en un mismo accidente en Argentina, esto luego de que un grupo de parientes de una de las mujeres decidiera abrir el ataúd, lo que reveló que el cuerpo que estaban velando no era el que correspondía. Según informó TN, Eliana Benítez, de 20 años, y Candela Martínez Bonaldi, de 21 años, eran amigas y fallecieron juntas en un accidente el 1 de enero en la provincia argentina de Córdoba. Sus respectivas familias decidieron ir a la misma empresa funeraria para que realizaran el servicio, el cual, debido a la pandemia del coronavirus debía ser en diferentes horarios.
Eliana fue velada el sábado a las 10:00 horas, extendiéndose hasta las 13:00 horas, para luego pasar a la ceremonia para Candela, llegando como máximo a las 16:00 horas. Mientras se desarrollaba la actividad fúnebre, los familiares de la última joven notaron el trágico error.
“La madre de Cande nos pregunta si Eli usaba anillos. Ellos no habían podido ver el cuerpo. Pero abrieron el cajón, le tocaron la mano y vieron los anillos. Cande tenía un tatuaje en uno de sus brazos que la madre no se lo vio, y tampoco usaba anillos”, contó Nadia Benítez, familiar de Eliana, al medio Vía Córdoba. Todo esto ocurrió cuando los familiares de Eliana creyeron haberla enterrado, percatándose después que en realidad era Candela. Una situación que generó aún más dolor en el grupo. “La velamos a cajón cerrado. Estuve una hora llorando sobre el supuesto cajón de mi hermana”, contó Nadia Benítez. Ambas jóvenes murieron junto con un adolescente de 16 años luego de que el vehículo en él se trasladaban junto a tres personas volcó en la carretera.
El conductor y los otros dos acompañantes resultaron lesionados, siendo luego dados de alta. Tras lo ocurrido en el velorio de Candela, los familiares fueron a exigir respuesta de la empresa funeraria, quien en un primer momento se rehusó a colaborar. “Cuando mi mamá llegó a la empresa primero no querían abrir el féretro, pero después accedieron.
Cuando lo abrieron, mi mamá corroboró que quien estaba ahí era mi hermana, y el cuerpo de Candela era el que nosotros habíamos velado y enterrado”. En medio del dolor de la muerte de ambas jóvenes, las familias decidieron realizar acciones legales contra la empresa para que una situación de estas características no ocurra.