En 1990, dos jóvenes que trabajaban como cocineros en un hotel de la localidad de Pitlochry, en las Tierras Altas de Escocia, avistaron un objeto volador no identificado después de reunirse con amigos para relajarse después de un día agotador en la cocina. Aunque fue capturado con éxito, su amigo Richard Grieve desapareció. . rompió el silencio sobre lo sucedido.
Un amigo del chef pide un viaje a las montañas Cairngorm, donde ven diamantes flotando en el cielo y ven un OVNI. Para ello, los excursionistas tenían listas cámaras para capturar imágenes icónicas para los investigadores del fenómeno.
Richard Grieve era amigo de los chefs que le contaron y mostraron la imagen del ovni que resultó ser una invaluable prueba para los teóricos de la conspiración sobre el estudio del fenómeno ovni; sin embargo, los dos testigos del avistamiento terminarían por desaparecer luego de dos días de hacer tomado la fotografía.
Grieve, quien ahora tiene 55 años de edad, aseguró que el día que sus compañeros desaparecieron estaba con ellos y otros más mientras tomaban un descanso en su jornada laboral. Entonces llegaron hombres vestidos de negro para decirles que el descanso de cigarros había terminado, y que solo se quedarían con los dos chefs que vieron al ovni.
Tanto Grieve como el resto de sus compañeros se alejaron del lugar, al irse, el testigo miró sus dos amigos que estaban “visiblemente conmocionados” por la conversación que tenían con aquellas personas y desde ese día jamás fueron los mismos, sostuvo Richard Grieve, citado por el Daily Mail.
“Su comportamiento cambió. Dejaron de presentarse a trabajar, se descarrilaron y uno comenzó a beber mucho. Fue despedido poco después”: Richard Grieve.
Asimismo, Richard Grieve agregó: “El otro, que normalmente era extrovertido y descomunal, se volvió introvertido y hosco. A los pocos meses de la visita de los hombres del coche, ambos abandonaron el hotel. No los he vuelto a ver desde entonces”, acotó, y está aseguró que fueron personas estadounidenses.
En su momento, Andrew Robinson, un especialista en fotografía, examinó la imagen del ovni y aseguró que no encontró evidencia de que la toma haya sido manipulada o editadas.