Salvador Rangel, obispo emérito de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, dio positivo para un coctel de sustancias ilícitas que le habrían administrado sus captores.
El pasado fin de semana, el religioso desapareció y poco después fue hallado en el Hospital General de Cuernavaca José G. Parres.
De acuerdo con los primeros reportes, el obispo fue víctima de un secuestro exprés y sus plagiarios le administraron sustancias ilícitas para adormecerlo mientras sacaban dinero de sus cuentas bancarias.
La Policía informó que antes de ingresar al Hospital, el prelado estaba en el hotel Real Ocotepec, donde estaba también en posesión de Viagra, medicamento para la disfunción eréctil o hipertensión arterial pulmonar.