Angelina Lozano encabeza una campaña para liberar a su medio hermano, Jason Vukovich, un hombre de Alaska que fue condenado a 23 años de prisión por agredir con un martillo a tres pedófilos. Por estos delitos cometidos previo a su detención en 2016, Vukovich fue etiquetado por la prensa como ‘el vengador de Alaska’.
La hermana de Vukovich busca recaudar 10 mil dólares para ayudar al detenido con sus gastos una vez que pueda solicitar libertad condicional en julio de 2023.
A juicio de muchos ciudadanos, Vukovich es un héroe, el ‘ángel vengador’ que clamó ser, pero para Angelina Lozano, su hermano es víctima de su padrastro, quién abusó sexualmente de él durante su infancia.
“El padrastro finalmente fue condenado por dicho abuso sexual, sin embargo, no cumplió ni un día de prisión y se le permitió regresar con su hijo Jason”, cuando este apenas tenía 13 años de edad, dijo Angelina.
Hoy, Vukovich tiene 44 años y cumple su sentencia en una prisión de Anchorage. “Pensé en mis horribles experiencias cuando era niño y sentí el abrumador deseo de hacer algo”, escribió Vukovich sobre los motivos de sus ataques en una carta pública. “Tomé el asunto en mis propias manos y agredí a tres pedófilos”.
En junio de 2016, Vukovich tuvo acceso al registro de abusadores sexuales de Anchorage, la ciudad más poblada del estado de Alaska, para buscar a sujetos que hallan cumplido una condena por abusar de menores de edad y averiguar la ubicación de sus domicilios.
Según medios locales , Vukovich ingresaba a sus viviendas por la noche, rompía la ventana y corría directo a la habitación para golpear a martillazos al hombre que buscaba, gritando “soy un ángel vengador”. Luego de dejarlos inconscientes, robaba algunos artículos electrónicos como computadoras y celulares.
Minutos después de agredir a su tercer víctima, el supuesto ‘ángel vengador’ fue detenido por la policía.
“A las víctimas de abuso sexual que perdieron su infancia como yo, por favor no tiren su presente y su futuro cometiendo actos de violencia”, dijo Vukovich en su disculpa a la sociedad, cuando recibió su sentencia en 2018.
“Estoy lejos de ser perfecto, soy un individuo imperfecto y defectuoso como todos los demás. Sin embargo, es importante para mí que otra persona que nació y se crió en Alaska y que tuvo una educación similar no termine con este resultado porque, sinceramente, apesta”.