En presencia de su esposa y sus hijas de nueve, cinco y dos años, un padre de familia fue asesinado de dos balazos; un grupo de sujetos presuntamente buscaban asaltarlo. Sergio Luis y su familia venían de regreso de unas vacaciones que habían tomado, estaban a bordo de un automóvil que su jefe le había prestado, e iban sobre la avenida San Martín y Santa Ana, en la localidad de San Francisco Solano, Buenos Aires (Argentina).De repente, un hombre se tiró frente al Volkswagen Vento, fingiendo haber sido atropellado.
Al instante, un grupo de siete individuos rodearon el vehículo, según el testimonio de Anahí, esposa de Sergio. De inmediato, el padre de 46 años se dio cuenta de que se trataba de una emboscada y buscó negociar con los asaltantes. “Si querés te doy el auto, te doy todo, pero déjame sacar a las nenas”, suplicó. Uno de los sujetos se negó a la petición. “Te damos el celular, te damos el auto”, insistió Sergio. El ladrón que estaba en el suelo, frente al coche, se levantó y disparó al pecho del padre.
Con sus últimas fuerzas, Sergio pisó el acelerador para sacar a su familia del lugar. Pero uno de los asaltantes alcanzó a dispararle en la cabeza. Sus hijas presenciaron todo desde el asiento trasero. “Lo mataron por nada”, declararía posteriormente Anahí a medios locales. El auto avanzó unas ocho cuadras hasta que la mujer alcanzó a tomar el volante para evitar volcarse. En su camino chocaron contra un poste, un Citroën Aircross que sacaban de la cochera y finalmente un árbol.
Los servicios de rescate llegaron al lugar. La niña de cinco años quedó atrapada entre los fierros del coche, por lo que la tuvieron que sacar los bomberos, la de nueve sufrió una fractura de clavícula y un golpe en la cabeza que le hizo perder el conocimiento y la más pequeña de dos recibió seis puntos de sutura, además de golpes en todo el cuerpo.
La policía halló un revólver calibre .32 largo en los alrededores que corresponde con el plomo encontrado en el auto. Hasta el momento hay tres detenidos por el caso. Fueron imputados de “homicidio criminis causa”, un delito que prevé cadena perpetua. Sergio “era un tipo buenísimo, una persona maravillosa”, según su cuñada Jimena. Trabajaba como chofer repartidor de una empresa textil. El Volkswagen Vento se lo solían prestar en temporada vacacional.